En la actualidad, la tasa de abandono educativo temprano se sitúa en el 16% en España. Más de 530.000 jóvenes españoles entre 18 y 24 años no reciben formación y carecen de estudios secundarios postobligatorios, lo que más tarde repercute en su dificultad para encontrar trabajo y, en el caso de que lo consigan, en la mayor probabilidad de que sea un empleo precario.
Ese 16% de abandono supone también la cifra más alta en el contexto de la Unión Europea. Sin embargo, en nuestro país, ese porcentaje presenta una gran heterogeneidad regional. La cornisa cantábrica muestra los valores más bajos, mientras que el sureste español y los archipiélagos, los mayores. Son algunos de los datos que recoge el informe Mapa del abandono educativo en España, que ha publicado la Fundación Europea Sociedad y Educación, y que intenta analizar en profundidad uno de los problemas más graves de la educación en España.
Como señala Ángel Soler, economista del Instituto Valenciano de Investigaciones Económicas (Ivie) e investigador principal del informe, “las cifras españolas de abandono temprano suponen una anomalía en el contexto europeo, pues no se corresponden con el nivel de desarrollo socioeconómico español. Es por ello que el umbral a alcanzar en 2020 para España era 5 puntos porcentuales superior al de la media de la UE (15% frente al 10%). Este es un aspecto coincidente y relacionado con la atrofia del mercado de trabajo, que asimismo presenta la tasa de desempleo más elevada de la UE”.
Los jóvenes que abandonan prematuramente la formación están sobrerrepresentados en los puestos de baja cualificación, con menores remuneraciones y en sectores como la agricultura o la construcción. En 2019, la tasa de paro para las mujeres que abandonan sin la ESO es enorme: alcanza el 61%. Los jóvenes que abandonan sus estudios recurren al autoempleo y se cierran el acceso laboral al sector público donde las credenciales educativas son especialmente necesarias.
Los hombres abandonan más que las mujeres
El informe también refleja que el abandono temprano es un rasgo mayoritariamente masculino. Los extranjeros residentes en nuestro país duplican la tasa de los nacionales. Asimismo, la formación de los padres y su capacidad económica inciden directamente en la probabilidad de abandonar de forma temprana la Educación.
«Pese a que entre 2005 y 2020 se ha producido una importante reducción en la tasa de abandono educativo temprano en España (48,4%), el índice promedio, en 2020 del 16%, es todavía alto en comparación con otros países con nuestro mismo nivel de desarrollo. Los hombres abandonan más que las mujeres, un 20,2 % frente a 11,6%, respectivamente», explica Miguel Ángel Sancho, presidente de la Fundación Europea Sociedad y Educación y director del informe.
Completar la ESO importa, y mucho
El informe pone de manifiesto que en el fracaso escolar se encuentran las raíces del abandono educativo temprano: cerca del 40% de los jóvenes que abandonan sus estudios no consiguieron graduarse en ESO, siendo su tasa de abandono del 72,5%, frente al 10,8% de aquellos que sí se graduaron. La tasa de fracaso escolar se sitúa en España por encima del 20%, con una diferencia de 13 puntos porcentuales entre el País Vasco (14,2%) y Castilla-La Mancha (27%).
Completar la ESO importa, y mucho. De los jóvenes que no se graduaron en ESO en el año 2020, el 72,5% abandonó prematuramente los estudios. Además, completar con éxito la ESO puede ser una barrera protectora ante el abandono, ya que las mayores brechas se producen entre los que abandonan sin la ESO y el resto de niveles educativos. Además, en periodos de crisis, la situación de los que abandonaron los estudios es crítica.
Factores de riesgo
Los factores de riesgo asociados al contexto en que se produce el abandono tienen que ver, en muchos casos, con familias desestructuradas y relaciones conflictivas con sus amigos y compañeros. En las entrevistas realizadas a más de 30 jóvenes se han documentado numerosos casos de acoso escolar, lo que generó una mayor desvinculación con la escuela que, en ocasiones, les condujo al abandono.
La falta de motivación es otra de las razones más recurrentes en cuanto a la decisión de abandono, seguida de la necesidad de trabajar, la percepción negativa sobre la propia capacidad y los problemas en el ámbito familiar.
Del análisis cualitativo del abandono educativo temprano se desprende que los alumnos con trayectorias de abandono suelen tener un recuerdo negativo de su relación con el profesorado y consideran que los aprendizajes en la escuela no les resultaban útiles para la vida.
Pero una gran parte de los entrevistados se arrepiente de haber abandonado, apuntando que no eran conocedores de las consecuencias de su decisión.
Retorno para obtener titulación
La investigación sobre el retorno educativo es escasa y suele aparecer como un apéndice del abandono educativo. El estudio concluye que el principal motivo de retornar a los estudios tiene que ver con la necesidad de obtener algún tipo de titulación (ESO, FP o certificado profesional) para poder trabajar.
La investigación llevada a cabo revela que la mayor parte de los programas de prevención del abandono educativo temprano están financiados y ejecutados por la administración o por los propios centros educativos. Los programas de retorno, por su parte, los desarrollan en su mayoría entidades sociales con financiación mixta o privada.