La educación y formación es el principal condicionante de la empleabilidad, la capacidad de un profesional para incorporarse al mercado laboral, así como su facilidad para mantener una posición estable a lo largo del tiempo.
Según la OCDE, cuanto más elevado es el nivel educativo, mejores son los resultados en empleo y salarios. En 2018, la tasa de empleo en personas con estudios superiores en España alcanzó el 78%.
La ocupación según el nivel educativo
En el VIII Monitor Anual Adecco de Ocupación, el año de pandemia ha hecho desaparecer prácticamente todos los empleos creados en los dos años anteriores pues en el último año se han destruido 697.400 puestos de trabajo (-3,5% interanual),
En los últimos cuatro trimestres, solo ha crecido el número de ocupados con estudios superiores, mientras que se ha reducido el de aquellos con niveles educativos inferiores. La pérdida de empleo ha sido más grave cuanto menor era el nivel educativo.
Han sido contratadas 38.900 personas con formación superior (+0,4%). Esas contrataciones contrastan con el despido de 162.600 personas con Educación Primaria (-15,5%) y 457.700 personas con la primera etapa de la Educación Secundaria (-8,5%), lo que hacen un total de 620.300 personas sin el título de la ESO. A estas hay que sumar 116.000 personas que cuentan con la segunda etapa de la Educación Secundaria y/o FP (-2,4%).
Desde este ángulo, los 19,2 millones de ocupados españoles se desagregan en 884.400 con no más que Primaria, 4,9 millones con la primera etapa de la Secundaria, 4,6 millones con segunda etapa de Secundaria o FP y 8,7 millones con formación superior.
El abandono temprano en España
Según el Instituto Nacional de Estadística en el año 2019 en España el abandono temprano de la Educación (personas de 18 a 24 años que no ha completado la educación secundaria) alcanza la cifra del 21,4% para los hombres (la más alta de todos los países de la UE) y del 13% para las mujeres (uno de los más altos de la UE, solo superado por Bulgaria, Malta y Rumanía).
“Tenemos la necesidad de superar la tradicional desconexión entre formación y oferta de empleo. No son sostenibles estas tasas, tan contradictorias como elevadas en nuestro país, como son la sobrecualificación o el abandono escolar. El esquema español de cualificaciones está en continua actualización, y gracias a la colaboración público-privada –tanto en el entorno educativo como de ocupación– y a la potenciación de las políticas activas de empleo, podremos ser capaces de salir reforzados de esta crisis, poniendo como vector de competitividad el talento de nuestras personas trabajadoras”, valora Javier Blasco, director del Adecco Group Institute.