Los ‘ninis’ tienen una nueva oportunidad de regresar al sistema y ponerse a estudiar y trabajar gracias a ‘Jove Oportunitat’ (JOOP), un programa de orientación educativa desarrollado en la Comunidad Valenciana con fondos europeos para devolver al sistema una generación perdida de talento. Y donde INAV, Centro Oficial de Educación Secundaria Online, participa prestando su plataforma de estudios y los manuales de las asignaturas para obtener el Título Oficial de la ESO.
Esos jóvenes no estudiaban, no trabajaban, ni sabían qué hacer con su tiempo más allá de jugar a los videojuegos o chatear por el móvil, como miles de adolescentes en esta autonomía española, una de las que mayor absentismo escolar registra a nivel nacional y europeo, escribe Desirée García en este artículo. Así lo recoge EuroEFE en un artículo que forma parte de una serie de informaciones especiales sobre el impacto de la política de cohesión de la Unión Europea en las regiones españolas.
‘Jove Oportunitat’ (JOOP) es un programa puesto en marcha por el Instituto Valenciano de la Juventud (IVAJ), en una autonomía donde casi uno de cada cuatro jóvenes abandona los estudios de forma temprana.
Situación de ‘ninis’ en Comunidad Valenciana
El 20,3 % de los alumnos valencianos entre 18 y 24 años abandonaron el sistema educativo de forma temprana en 2017, dos puntos por encima de la media en España y muy superior a la europea, del 10,6 %, registrada en el mismo ejercicio, según un estudio comparado publicado este martes por la Comisión Europea.
España de por sí se encuentra entre los países comunitarios con más ‘ninis’, el 14,8 % de su población joven, frente al 11,6% de adolescentes europeos que ni estudian ni trabajan.
La elevada incidencia del absentismo escolar entre los jóvenes valencianos ha llevado al Fondo Social Europeo a invertir más de un millón de euros en este programa, en el marco de su Estrategia Europea 2020, cuya meta es reducir el Abandono Educativo Temprano.
¿En qué consiste JOOP?
Inspirado en experiencias similares en países como Francia, el JOOP fue puesto en marcha en 2017 para «intentar buscar una respuesta a los alumnos que se encuentran en una situación de abandono escolar», explica el director del IVAJ, Jesús Martí.
Nace con el objetivo de motivar y orientar a jóvenes entre 16 y 21 años que han abandonado los estudios. Algunos completaron la ESO, otros no, algunos incluso iniciaron el bachillerato o una FP, pero ninguno ha conseguido obtener al menos un título de técnico medio.
Fuera del sistema educativo y con pocas expectativas en el mercado laboral, son jóvenes que se encuentran atravesando un momento de incertidumbre en sus vidas. Y cuando les asaltan las dudas, muchos se encuentran sin recursos para decidir lo que quieren hacer.
«Antes era obligatorio plantearte el futuro sí o sí, no tenías más remedio. Ahora, en el futuro no hay posibilidades. Se les dice que aunque estudien no habrá nada. Y entonces dicen, ¿para qué me meto? «, apunta el director del IVAJ.
Necesitan una experiencia vital de cambio. Para ello, el programa del IVAJ trabaja sobre su motivación, refuerza su autoestima y les ayuda a construir un proyecto integral de vida.
La herramienta pedagógica es el ‘coaching’ actitudinal, en grupos de entre 8 y 15 participantes, para abordar las cuestiones personales que están bloqueando su capacidad para decidir.
«Nos dedicamos expresamente a trabajar sus habilidades, su autoestima, a quitarse de encima las etiquetas que tuvieran y empezar a ver las habilidades que tienen para el futuro», explica Martí.
Además, el programa les orienta sobre las diferentes familias profesionales de la FP, pero desde un enfoque práctico: visitan empresas que les muestran cómo es el trabajo real al que lleva cada titulación.
Se trata de que los ‘joopers’ descubran su vocación y se carguen de energía para tomar la decisión de volver a los estudios.
Para aquellos que no hubieran titulado la ESO, se ofrece un módulo para preparar la prueba de acceso a la FP de Grado Medio. Con los demás se realizan sesiones de refresco académico, para enfrentarse a la vuelta al sistema educativo con mayores garantías.
Una «generación perdida»
Se dice que la de los ‘ninis’ son una «generación perdida», pero en realidad son gente «muy válida que se está quedando por el camino», advierte Alba Carbonell, una psicopedagoga que ayuda a estos ‘ninis’ valencianos a retomar las riendas de su futuro.
De febrero a julio, durante cuatro días a la semana y cinco horas al día, grupos de jóvenes que han colgado los libros y pasan el tiempo ociosos participan en sesiones de orientación para analizar por qué han dejado los estudios y descubrir qué quieren hacer con el resto de sus vidas.
Carbonell recuerda lo primero que le dijo Héctor, uno de los participantes en una de sus primeras sesiones: «A mí no me intentes convencer, que yo tengo clarísimo que no voy a estudiar en la vida»; y presume de haber logrado que vuelva a clase.
Cuando tenía 16 años, David Oller comunicó un día a sus padres que se dejaba la ESO: «Esto del instituto no es para mí». Después se pasó dos años «en casa, jugando a videojuegos, de cara al móvil».
Ahora, tras haber participado en un grupo formado en Sueca (Valencia), se ha inscrito en la escuela de adultos para terminar la Secundaria y conseguir su sueño, ser profesor de Educación Física, cuenta.
«¿Que por qué dejamos de estudiar? Porque somos demasiado perros, así de claro. Estamos más pendiente de si sale un videojuego nuevo que de los exámenes. No nos preocupamos de estudiar, estamos en otras cosas», confiesa David.
Procedentes de diferentes contextos familiares y sociales, los adolescentes que dejan las clases lo hacen porque «sienten aversión al sistema educativo» y no se les ha atendido en los centros como necesitaban, asegura Carbonell.
Cuando les asaltan las dudas, muchos se encuentran sin recursos para decidir lo que quieren hacer: «Estamos todo el día solucionándoles los problemas y creamos una gente que no sabe responder bien al fracaso y a no conseguirlo todo inmediatamente», explica Martí.
Una generación recuperada
Más allá del futuro complicado que la sociedad actual ofrece a los jóvenes, el sistema educativo español que tiene «problemas serios» para llegar a todos los alumnos, advierte Martí.
«No estamos hablando de gente con problemas familiares, sino de que nuestro sistema educativo no acompaña a todo el mundo», lamenta Martí.
«Exportar programas como JOOP al ámbito educativo formal puede ayudar a corregir estos vicios», según dice.
«Hay que exportar esta iniciativa. Si no, mucha gente muy válida se va a quedar por el camino», avisa Carbonell.
El éxito del programa ha llevado al IVAJ a triplicar en este segundo año tanto el número de grupos creados en la Comunitat, donde ya trabaja con jóvenes en 57 municipios, como el de participantes, 620.
El resultado es que el 80 % de los chavales ha vuelto a estudiar para convertirse en bomberos, policías, hosteleros, militares o profesores de educación infantil. Y eso que habían prometido que no iban a volver a coger un libro «ni de casualidad», subraya Martí.
«Es gente que casi ha sido expulsada, se siente casi excluida del sistema. No se le ha dado la oportunidad de encontrarse a sí mismos», apunta Martí
Los ‘joopers’, finalmente, han encontrado una «segunda oportunidad».